En un recorrido de LA GACETA Central por el Mercado Dorrego, un carnicero contó que, a raíz de los rumores de aumentos en los precios, el abastecimiento de carne se ha vuelto imprevisible.  “Hoy el proveedor no me mandó mercadería; no me la quisieron vender porque aún no definieron el nuevo precio. Es algo que estamos viendo últimamente, con cada vez más frecuencia”, explicó Guillermo.

Según el trabajador, el precio de la costilla especial, uno de los cortes más populares, ronda actualmente los $7,500 por kilo. Sin embargo, frente a la posibilidad de que el valor se incremente entre un 5% y 7% en los próximos días, este precio se encuentra en constante riesgo de modificación. “Si el combustible sube, la carne también. Nos han anticipado que a inicios de noviembre podría venir el aumento, pero nada es seguro aún”, comentó con resignación.

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El impacto en los consumidores fue evidente. Guillermo señaló que muchos clientes han reducido su consumo de carne, especialmente de cortes para asado, uno de los más costosos. “La gente consume menos asado; las ventas bajaron mucho. Ahora que se acercan las fiestas, la gente cuida el bolsillo y piensa en lo que va a gastar en diciembre”, detalló.

Actualmente, un asado para cuatro personas cuesta alrededor de $22,000 a $23,000, según el cálculo del comerciante, tomando en cuenta que cada persona consume, en promedio, 500 gramos de carne. 

Sin embargo, Guillermo acotó que en ocasiones, cuando la calidad es buena, los comensales tienden a consumir entre 700 y 800 gramos. “Cuando la carne es buena, te comen un poquito más”, bromeó el carnicero.